Normalidad provisional. La AP-7 vuelve a contar desde ayer con dos carriles en cada sentido de la circulación en el mismo lugar donde se produjo un socavón de casi 200 metros de longitud hace una semana. ACESA logró ayer restablecer la circulación, tras haber construido un desvío dentro de la misma zona de la concesión. Mientras, trabaja en la devolución de los peajes cobrados indebidamente.
Un total de 35 personas, una parte de ellas de la platilla de ACESA y el resto contratadas eventualmente, han trabajado de forma ininterrumpida desde el pasado viernes, cuando la tierra cedió y parte de la calzada de la autopista se vino abajo, lo que provocó colas monumentales que superaron los 13 kilómetros.
El desperfecto se produjo a la altura de Viladasens, al norte de Girona, en el kilómetro 44 de la autopista que se inicia en la frontera francesa y se prolonga a lo largo del litoral mediterráneo. Pese a las obras, que tienen carácter provisional, hasta que se pueda rehacer la zona afectada por el deslizamiento de tierras, lo cierto es que los técnicos de la empresa siguen sin haber establecido a ciencia cierta las causas del problema. Este hecho les ha llevado a instalar mecanismos de control, en previsión de cualquier otro movimiento que pudiera afectar a la zona operativa o a sus inmediaciones.
Paralelamente, los servicios informáticos de ACESA trabajan para hacer efectiva la devolución de los peajes cobrados en las fases de colapso del tráfico, tanto los abonados con tarjeta de crédito como los pagados por el sistema de Teletac. Este sistema estaba operativo hasta el pasado día 1, cuando dejó de funcionar en favor del Vía T, muy similar pero de mayor potencia y más extendido, ya que sirve para pagar en todas las autopistas españolas. Al ser de pago, cuenta con pocos adeptos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de junio de 2004