Como orientador de un instituto de secundaria de la Comunidad de Madrid me siento incapaz, en estos días, de dar respuesta a los interrogantes que plantean las familias, el alumnado y el profesorado, referidos a los itinerarios, la iniciación profesional, los programas de garantía social, la diversificación, el nuevo bachillerato, el consejo orientador, las optativas y un largo etcétera que me hacen sentir completamente desbordado e impotente ante tanto despropósito
No puedo seguir trabajando en estas condiciones; alguien tiene que poner un poco de cordura y de sentido común en este conflicto; mi trabajo consiste en sacar adelante un Plan de Orientación Académica y Profesional, y en estos momentos no sé qué decir a los padres, a los alumnos y a los compañeros; por eso he iniciado una huelga (desde el jueves 3 de junio) hasta que estén claras las actuaciones que debo desarrollar dentro del Plan de Orientación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de junio de 2004