Escribo como miembro de ese colectivo al que llaman profesores. Colectivo al que incompresiblemente los políticos ignoran cuando legislan la política educativa del país.
Es sorprendente comprobar cómo por encima del futuro de nuestros alumnos están las diferencias políticas entre partidos.
Los alumnos se van de vacaciones sin saber si tendrán itinerarios, PIP (programa de iniciación profesional) o garantía social, pero eso a quién le importa.
Nosotros, los profesores, en septiembre, deprisa y corriendo, haremos lo que podamos, pero no tema señora presidenta que conseguiremos estar a la cabeza de la educación Europea. Parece claro que la educación es uno de los pilares de nuestra sociedad, pero qué lástima que cada cuatro años haya que cerrar por derribo y volver a empezar. No estaría mal de una vez por todas tener una política educativa consensuada por todos los partidos políticos.
Señora presidenta, en beneficio de la educación de calidad, de la que tanto usted habla llegue a un acuerdo con el Gobierno por el futuro de los jóvenes de nuestra comunidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de junio de 2004