Renfe planea revisar a la baja los últimos seis contratos de compra de trenes para líneas de alta velocidad encargados por la anterior Administración poco antes de las elecciones generales, pero aún pendientes de firma. La compañía quiere reducir en número de trenes el contrato de 151 unidades adjudicadas por 4.452 millones de euros, en lugar de ampliar los plazos de entrega, como ofrecen los fabricantes.
Renfe basa su intención de recortar los pedidos en los retrasos en la construcción de las líneas, la nueva política de infraestructuras del Ministerio de Fomento y la necesidad de no aumentar la deuda de la compañía ferroviaria, que asciende a 7.200 millones de euros.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de junio de 2004