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CARTAS AL DIRECTOR

Constitución europea y cristianismo

Dentro de unas semanas, los países de la UE quieren concluir las negociaciones sobre la futura Constitución europea. Siete países piden que se haga una referencia concreta a las raíces cristianas de Europa, y es muy posible que otros se sumen a esta petición.

Sin embargo, España no la apoyará, según ha indicado recientemente nuestro ministro de Asuntos Exteriores, el señor Moratinos. Que Europa tiene raíces cristianas es un hecho histórico, comprobable y objetivo. No hace falta más que pasear por cualquiera de las capitales o pueblos de nuestro "viejo" continente, o visitar cualquier museo, biblioteca o universidad europea para darse cuenta de ello. Valores tan arraigados en el mundo occidental y que han sido la base de la Unión Europea como la igualdad entre todos los hombres y mujeres, la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos, la búsqueda del bien común, la paz, el respeto y el amor a la libertad, el respeto a la naturaleza, la ayuda a los más necesitados, la defensa de la vida, el gusto por el arte, la belleza y la cultura, e incluso la misma idea de unión entre los europeos, son fruto de nuestra tradición cristiana. Esto es una realidad aunque a algunos no les guste. Negarla es o no tener ni idea de historia y querer manipularla o dejarse llevar por prejuicios personales y subjetivos o por otros oscuros intereses.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de junio de 2004