Desde el respeto, tanto a las convicciones como a la labor que desempeñan los maestros y maestras en las prisiones, quisiera puntualizar lo manifestado por las señoras Carmen Urruela y Marta Izquierdo, maestras del centro penitenciario de Basauri. El departamento lo que ha criticado es que, en un reportaje publicado en este diario, esa legítima convicción que ustedes tienen se elevara a la categoría de universal, al asegurar genéricamente que "existe la sensación".
Pero, yendo a la cuestión de fondo, es rotundamente falso que exista "desinterés" o "falta de convicción" en la reclamación por parte del Gobierno vasco de la competencia en materia penitenciaria. De hecho, el nuevo ministro del Interior tiene encima de su mesa, desde el día siguiente a su nombramiento, una petición nuestra para tratar el asunto.
La firmeza de nuestra reivindicación es incuestionable. Y precisamente por eso reclamamos la competencia en su integridad. No sólo por eficacia sino, también y además, porque así lo exige una ley orgánica como el Estatuto de Gernika. Y su incumplimiento por parte de los gobiernos del Estado no es una sensación ni un convencimiento, sino un hecho objetivo irrefutable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de junio de 2004