Son de agradecer las investigaciones, exposiciones y actividades que tratan de recuperar la memoria histórica de nuestra España del siglo XX. Y especialmente las agradecemos los profesores que tenemos que hacer viva y comprensible a nuestros alumnos una realidad tan alejada y ajena al mundo en el que viven.
Su periódico suele estar atento a ellas y ha prestado interés a la magnífica exposición organizada en Málaga sobre Norman Bethune y El crimen de la carretera de Málaga-Almería. Ha sido una de las exposiciones con más acogida popular puesto que recupera no sólo la fascinante figura de este cirujano canadiense, sino que trae a la memoria uno de los hechos más trágicos de nuestra guerra civil -comparable al horror del bombardeo de Guernica, que sí es conocido por la mayoría de los españoles ilustrados-. Lo que, desgraciadamente, no se valora en su justa medida, es que dicha exposición ha sido posible gracias al empeño, dedicación, pasión e, incluso, dinero del profesor don Jesús Majada Neila, quien estuvo paseando durante dos años con sus investigaciones y proyecto bajo el brazo por despachos de políticos miopes hasta poder ver hecho realidad su objetivo. Quizás haya sido necesario un cambio de Gobierno para hacerlo posible, pero, ahora, los políticos sí que han sabido rentabilizar el éxito de la exposición.
Un compañero de fatigas que asistió al emotivo acto de clausura (EL PAÍS, 24 de mayo) me comentaba, indignado, que ese día se había "ninguneado" al señor Majada Neila para mayor gloria de las instituciones políticas. Pero no hay que indignarse porque entonces, dado el panorama actual, tendríamos que vivir en un permanente estado de indignación. Como amiga, me consta que él ha visto compensados sus esfuerzos a nivel intelectual y humano y emotivo. Ello le basta. No buscaba nada más. Gracias, Jesús, compañero del alma, por habérnoslo descubierto. Estás hecho del mismo temple que Bethune.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de junio de 2004