A medio camino entre una miniserie histórica de fin de semana y una investigación criminal tipo El nombre de la rosa, El misterio de Wells puede presumir de un heterogéneo pero excelente reparto y de una llamativa ambientación gracias a las excelencias de los efectos digitales, que convierten por un módico precio una pantalla azul en una montaña coronada por un majestuoso castillo.
El filme, como en Hamlet, cuenta el papel que desempeña una compañía de cómicos del siglo XIV en el esclarecimiento de un crimen mediante la escenificación del asesinato. Sin embargo, el desorientado Paul McGuigan no alcanza ninguna de las metas elegidas: componer una obra moral basada en el remordimiento, la culpa y la redención de los pecados, y entretener al personal con un relato detectivesco. A pesar de las semejanzas con El manantial de la doncella (ambientación, edad adolescente del asesinado, violación...), El misterio de Wells no puede estar más lejos de las películas de Bergman y, lamentablemente, tampoco acierta a suscitar el suficiente interés con la intriga criminal.
EL MISTERIO DE WELLS
Dirección: Paul McGuigan. Intérpretes: Paul Bettany, Willem Dafoe, Brian Cox, Elvira Mínguez. Género: drama. Reino Unido-España, 2004. Duración: 112 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de junio de 2004