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Elecciones Europeas

El centro-izquierda vence a Berlusconi en Italia

Silvio Berlusconi salió derrotado ayer. Su partido, Forza Italia, obtuvo en torno al 22% de los votos, según los sondeos a pie de urna y la proyección del 5% escrutado; nueve puntos menos que la lista Olivo-Prodi, de centro-izquierda, y tres puntos por debajo del listón que él mismo se había fijado. Con esos datos parciales, parecía claro que al presidente del Gobierno italiano le había salido mal el llamamiento referendario en que convirtió su campaña. Los datos, por otro lado, no resultaban lo bastante malos como para desestabilizar su administración.

La coalición de Demócratas de Izquierda (DS) y Margarita bajo el patronazgo de Romano Prodi, líder in pectore de la oposición, se proclamó vencedora ya con los primeros datos provisionales, que auguraban un 31% de los votos. La izquierda también tenía ventaja en las principales ciudades donde se celebraban elecciones locales, como Milán, Bolonia y Florencia.

La coalición de Berlusconi, sin embargo, no perdía apoyo apreciable respecto a las europeas de 1999 y a las generales de 2001. La erosión de Forza Italia se compensaba en parte con los buenos resultados de Alianza Nacional (neofascistas), con un 11% provisional, y de los centristas de UDC, que superaban el 5%. La Liga Norte estaba igualmente por encima del 3%, con lo que mantenía su electorado habitual pese a la grave enfermedad del líder, Umberto Bossi.

Berlusconi hizo todo tipo de esfuerzos para movilizar a los electores, convencido de que cuantos más votos se emitieran, mejor resultado obtendría. Al final, la participación fue alta, el 73,5%, según los datos del Ministerio del Interior. Pero los cálculos, a tenor de las proyecciones, eran erróneos. Forza Italia registraba un sensible descenso desde las europeas de 1999 (25,2%) y una caída muy notable respecto a las generales de 2001 (29,4%). Berlusconi, en cualquier caso, hizo todo lo posible, y parte de lo imposible, para empujar hacia las urnas a sus conciudadanos: el viernes envió mensajes SMS a todos los teléfonos móviles del país y el sábado, cuando fue a depositar su propio voto, improvisó una arenga política en pleno colegio, cosa expresamente prohibida por la ley.

El gesto de Berlusconi crispó la jornada electoral y motivó protestas de la oposición. Incluso sus aliados en la coalición Polo de las Libertades, Alianza Nacional y UDC, expresaron su descontento, porque el presidente del Gobierno y de Forza Italia desaconsejó vivamente que se les votara: "Renuevo mi invitación a que no se vote a los partidos pequeños, porque significa desperdiciar votos y diputados", dijo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de junio de 2004