Decía un chiste que siempre ha sido más fácil militarizar a un civil que civilizar a un militar. Es una de las numerosas gracietas castizas con que en este país se reflejan prejuicios o sentimientos de la sociedad respecto a ciertos colectivos profesionales tales como médicos, abogados, funcionarios o militares. Pero los neoconservadores norteamericanos, en aplicación estricta de principios economicistas, han hecho realidad el chiste. Estados Unidos tiene actualmente en Irak más "civiles" militarizados que militares que suponemos -indebidamente, a veces- civilizados. Debe continuar siendo más fácil -o más barato- lo primero que lo segundo. Lo último de lo último al respecto ha sido enterarnos de que las "labores" de interrogación a detenidos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib habían sido subcontratadas a dos empresas privadas. Me imagino el contrato: a tanto el dato, un plus por información sobre armas de destrucción masiva y un descuento por informador "inutilizado". Rescisión en caso de que la opinión pública llegue a enterarse de la existencia de la propia subcontratación...
Siguiendo por este camino no tardaremos en encargar a empresas consultoras para que redacten leyes, reglamentos y constituciones. Aquí, el PP, portaestandarte de la privatización de casi todo, ya ha dado un paso en ese sentido. La Comunidad de Madrid ha creado un organismo público que, una vez creado, no se sabe muy bien para qué podría servir. Así es que se ha planteado un concurso público en el que la empresa adjudicataria tendrá como objetivo establecer la finalidad del susodicho organismo. Ni a los hermanos Marx se les hubiera ocurrido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 14 de junio de 2004