Un joven brasileño de Belo Horizonte, de 23 años, Alexandre Batista Fortes, se ha convertido repentinamente en el personaje del día, al haber ganado una sentencia considerada inédita en la jurisprudencia del país: ha conseguido de los jueces que su padre sea condenado a pagar una indemnización de 52.000 reales (unos 14.000 euros) por no haberle dado el afecto necesario que un padre debe dar a un hijo tras haberse divorciado y constituido una nueva familia. Según los jueces, esa falta de afecto quedó evidenciada porque el padre dejó de visitar a su hijo cuando a sus seis años de edad tuvo una hija de su nuevo matrimonio. Los jueces no han considerado como afecto suficiente al hijo el hecho de que le pasase una pensión mensual a su ex esposa. Según Rodrigo da Cunha Pereira, el abogado del joven Alexandre, los jueces, al dictar la sentencia inédita que revoluciona muchas cosas, se basaron en el principio de que la familia no es sólo un núleo "económico y de reproducción", sino tambien "un espacio de amor, compañerismo y afecto". Es una sentencia, comentó el abogado Cunha, que trata "de los dolores del alma", que fueron los que sufrió el joven a quien el padre dejó de visitar y por los que fue condenado. La sentencia, sin duda, ha puesto en alerta a miles de padres que se consideraban en paz dando una pensión material para los hijos tras el divorcio. Y han comenzado a telefonear a sus hijos, pequeños y grandes.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de junio de 2004