El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió ayer un nuevo Plan Marshall para los países pobres, abogó para que se dibuje "una nueva geografía de la economía" en el mundo y exigió "el fin de las barreras comerciales" que perjudican a los países en desarrollo. Lula hizo esas peticiones en la apertura de la XI Conferencia de la Unctad, el organismo de las Naciones Unidas (ONU) para el Comercio y el Desarrollo Social que se celebra en São Paulo.
Ante los 6.000 participantes que representan a cerca de 200 países y ante los 20 jefes de Estados presentes, Lula dijo que, al igual que despues de la II Guerra Mundial, el Plan Marshall produjo prosperidad, también hoy "se necesita de una nueva ayuda internacional para las naciones en desarrollo". Para el presidente brasileño, "el desarrollo de todos no depende sólo del comercio", sino también "de acciones políticas que ayuden a repartir riqueza". Para ello, Lula pidió explícitamente cambios en el actual orden económico del mundo.
Países más pobres
Con cifras en la mano, Lula recordó que, en los últimos cinco años, 55 países crecieron menos del 2%; 23 perdieron riqueza, y sólo 16 crecieron más del 3%. Subrayó que en los años sesenta, cuando fue creada la Unctad, los países más pobres tenían una renta per capita de 212 dólares y los más ricos de 11.400, mientras que hoy los más pobres tienen 276 dólares per capita y los más ricos 32.400.
Mientras, en la calle, en una manifestación de protesta organizada por la Central Única de los Trabajadores (CUT) y por los Trabajadores Sin Tierra (MST), grupos de activistas quemaban una bandera americana.
Ante un imponente dispositivo de seguridad reforzado excepcionalmente por tropas del Ejército, Kofi Annan, secretario general de la ONU, dijo que "a los países ricos les falta coherencia"; que "la política no puede quitar con una mano lo que da con la otra", y que los países "deben abrir las puertas para el comercio".
A la Unctad fueron admitidas por primera vez las ONG que forman el Fórum de la Sociedad Civil, quienes entregaron a Annan un documento de críticas a las instituciones internacionales que "no escuchan las voces de la calle". El secretario general de la ONU les respondió: "Ustedes tienen peso para mudar la balanza. Por favor, mantengan la presión".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de junio de 2004