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La aportación de los usuarios al gasto farmacéutico baja tres puntos en una década

La sanidad pública se hace ya cargo de más del 93% del total de la factura farmacéutica. Hace diez años la cantidad era del 90%. Ésta es una de las causas del continuo aumento del gasto de las Administraciones en medicamentos, según un estudio preparado por el Ministerio de Sanidad para su discusión en el Consejo Interterritorial de mañana en Bilbao. Ello ha supuesto "la necesidad de destinar fondos que estaban destinados a farmacia para otras prioridades".

Sanidad financia más del 50% de los 18.250 medicamentos registrados, incluidos los más nuevos, "aunque no siempre se producen mejoras cualitativamente relevantes".

El incremento del número de recetas fue el 2003 del 6,83%. Entre las causas están el envejecimiento y el aumento de población, pero también "la eficacia de las actividades de promoción" de los laboratorios. Los pensionistas no sólo no pagan (menos los de Muface). Además su gasto medio en recetas fue de 14,5 euros en 2003, frente a un 9,8 de los activos.

El informe también destaca la falta de medidas en 2002 y 2003 para controlar la factura (en 2002 subió un 9,89%; en 2003 un 12,15% y en los último 12 meses un 11,02%). Critica que sólo se usaron los precios de referencia (los máximos subvencionados) para bajarla, un modelo que afecta a las presentaciones más antiguas, y en un número muy limitado (505 prestaciones).

Por grupos terapéuticos, los que más han crecido han sido los relacionados con el aparato cardiovascular (el 22,9% sólo en 2003) y el sistema nervioso central (el 20%). El trabajo se centra en la desviación de la prescripción hacia medicamentos más caros cuando en el mercado existen otros que, por estar sujetos a la limitación del precio máximo subvencionado, son más baratos.

Entre ellos destaca la atorvastatina (contra el colesterol), que apareció en 1997 y ya es el medicamento de su grupo que más factura. Lo mismo ocurre con la fluticasona (para el asma), el salmeterol (obstrucción pulmonar crónica) o los antipsicóticos olanzapina y risperidona.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de junio de 2004