Para que nadie se sienta dolido, recurro, a la Real Academia Española: inmigrar "es llegar a otro país para establecerse en él especialmente con idea de formar nuevas colonias o domiciliarse en las ya formadas".
En general, al hablar de inmigración lo solemos confundir con los inmigrantes pobres o del tercer mundo, con los cuales se suele ser poco solidario e incluso se despotrica contra ellos por tener ciertos reconocimientos, por ejemplo tienen escuela gratuita y también servicios sanitarios. Sin embargo no hacemos ninguna objeción a las prestaciones que reciben los inmigrantes de los países ricos, alemanes, ingleses franceses, países bajos, países nórdicos, etc.
No quiero que estos inmigrantes se vean dañados por lo que voy a decir, ya que nos es culpa de ellos sino de nuestra administración. Según declaraba estos días de atrás Mayor Oreja, España estaba ya a un nivel muy igual a los primeros países, aproximadamente al 90% de sus rentas. Los inmigrantes ricos que vienen jubilados y se instalan en nuestro país reciben el mismo trato que los españoles. No es lógico que nuestro país, que es el único que tiene la medicina universalizada y las recetas gratis a los jubilados, se las demos gratis también a ellos, pues en sus países, pagan en función al nivel de rentas.
Estoy seguro que si se regulase dicha situación, con ese dinero, se podrían construir colegios y hospitales. Esta situación debería de regularse desde las Comunidades Autonómicas y el propio Gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de junio de 2004