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Editorial:

Marcando territorio

Los consejeros de Salud de las siete comunidades autónomas gobernadas por el PP plantaron ayer a la ministra de Sanidad en la reunión del Consejo Interterritorial de Salud, celebrada en Bilbao. Era el primer consejo convocado por Elena Salgado, y los representantes del PP quisieron recibirla marcando territorio. Los socialistas escenificaron un plantón similar hace dos años, cuando los representantes de sus comunidades abandonaron la primera reunión del consejo celebrada tras la transferencia de la competencia de Sanidad a las autonomías de régimen común.

Lo de menos es la excusa invocada. Ayer lo fue el desacuerdo con el orden del día y la no contestación a las cartas dirigidas a la ministra. Cartas redactadas por cada uno de los siete consejeros, pero todas con idéntica prosa. El PP ya recurrió hace poco a la misma táctica para oponerse a la paralización de la aplicación de la Ley de Calidad de la Enseñanza. Se trata de una utilización perversa de las posibilidades que ofrece el sistema autonómico. Los gobiernos autonómicos no deberían sustituir a los partidos políticos en la tarea de hacer oposición, y mucho menos concertarse entre sí para hacerlo, no en función de los intereses de su comunidad, sino por la identidad de color y grito. Estaba mal cuando lo hacían los socialistas en la oposición, y sigue estando mal cuando se lo hacen a ellos.

El PP lleva años argumentando que ya pasó la fase reivindicativa de las autonomías y que lo que ahora toca es mejorar la coordinación entre las comunidades. Difícilmente se avanzará en esa línea si se boicotean con excusas banales las reuniones convocadas a tal efecto. Reuniones como la que el PP boicoteó ayer sirven precisamente para garantizar esa cohesión en un momento en que crecen las presiones para un trato diferenciado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de junio de 2004