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COLUMNA

Matarile, Arenas

¿Dónde está Javier Arenas? Matarile, matarile. Desapareció. O calmando las mesnadas que se le soliviantan en Huelva, Almería, Granada, Córdoba y Jaén, por este orden.

Suenan tambores de guerra y el campeón, con su guardia pretoriana, resiste. Le salvará el verano. Como pasaba con Franco. La canícula era tan beneficiosa, según cuenta Javier Tusell, creo recordar, que el dictador, en sus últimos años, estuvo a punto de decretar que todo el año fuera verano. Se le iban los ministros y los españolitos calmaban ansiedades en las playas con las primeras suecas en bikini. Pues eso, a Javier Arenas, noqueado por el 14-J, le salvará el verano. En otoño rodarán cabezas, posiblemente la suya. La están pidiendo en Génova.

Pero escuchando lo poco que ha dicho, el otrora locuaz sevillano no parece ser el mismo. Y lo que es peor, cada vez le quedan menos fieles. Tiene al ex magistrado Zoido, que como no puede ganarse la sopa de otra manera, lo hacen consejero de la RTVA y a dar la cara por su jefe, que para eso le pagamos todos los andaluces. Porque a Teófila no se le oye respirar y Antonio Sanz se ha puesto una cremallera de castidad, propia de un lord inglés, lo que es.

Yo, sin embargo, nunca vi al campeón tan sobrao. Arenas lo que necesita tener en el ruedo son miuras de verdad y no una becerrada como esta de las europeas. Lleva nueve campañas para hacer el paseillo como Dios manda, cortar orejas y rabo y no entiendo cómo hay gente en su partido que aún se atreven a exigirle que se faje con un becerro. Lo de Arenas es otra cosa.

Tengo un amigo que durante años siguió a Rafael de Paula y cuando hizo la faena (ojo, la faena) terminó por volverse majara. No lo quiero por Arenas, lo de volverse majara, y lo único que deseo es que se le dé otra oportunidad. Y si puede estar acompañado de su cuadrilla, mejor. Ahí es ver a Zoido como sobresaliente y a Sanz, Antonio, citando a pie juntillos para colocar los rejones. Y en el callejón, a Teófila con su media sonrisa. Vamos, una tarde completa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de junio de 2004