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OPINIÓN DEL LECTOR

¿Perdón?

Ahora piden perdón el secretario de Defensa de Estados Unidos y el inquilino de la Casa Blanca. ¿Ahora que les ha estallado en las manos uno de los episodios más vergonzantes de la historia? ¿Ahora que, a pesar del feroz control informativo, no han podido bloquear las imágenes obscenas y denigrantes de la tortura de los prisioneros? ¿Ahora que se ha sabido que aquellas execrables acciones estaban programadas, desde hace tiempo y con detalle, financiadas y con personal experto en torturas?

¿Ahora piden perdón y sólo porque no pueden ocultarlo por más tiempo? ¿Y no por los más de 600 detenidos en Guantánamo, sin ninguna garantía jurídica y tratados como bestias enjauladas? ¿Para los desgraciados de Guantánamo no piden perdón? ¿Y para los miles y miles de muertos por las armas de destrucción masiva (las suyas claro) en la ocupación de Irak, no cabe pedir perdón? ¿Y por haber provocado tal caos en aquel país del que difícilmente se recuperarán jamás, tampoco cabe pedir perdón? ¿Y por las vidas de los soldados americanos y de sus aliados, muertos a manos de un terrorismo que ellos provocan y alimentan, no cabe pedir perdón?

Perdón, si acaso cuando estos asesinos y sus cómplices hayan sido llevados ante los tribunales y respondan de sus crímenes contra la humanidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de junio de 2004