La sorprendente derrota de los Lakers en la final de la NBA y la contundente forma en que se produjo su descalabro parece que va a acelerar el final de la relación profesional de su trío estelar. Sobre las espaldas de Phil Jackson, Shaquille O' Neal y Kobe Bryant reposa la mayor parte de responsabilidad en la época dorada que vivía la fiebre amarilla desde hace cuatro años y que fue cortada de raíz por los Pistons en el momento menos esperado.
No deja de resultar curioso que hace 14 años, el éxito de los históricos Bad Boys liderados por Thomas, Dumars y Chuck Daly supuso el entierro del showtime de Magic, Kareem y Pat Riley. Esta vez y sin ninguna señal previa, un grupo de jugadores marginales, la mayoría rebotados de otros equipos, dirigidos por un entrenador que ha perdido la cuenta del número de equipos de los que se ha hecho cargo, han puesto en entredicho la filosofía galáctica, alejada totalmente durante esta final de valores colectivos que ha resultado definitivos para explicar el revolcón dado a los pronósticos.
Cuando se naufraga como lo han hecho los Lakers, las consecuencias suelen estar a la altura de la magnitud del hundimiento. Salvo O'Neal, el resto de la plantilla ha salido ciertamente deteriorada en su prestigio. Bryant ha estado fuera de control y más individualista que nunca, Payton ha mutado a guardia de tráfico sin ninguna incidencia en el juego, el físico de Malone ya no es lo indestructible que parecía, los suplentes no valen en su mayoría y ni siquiera los nueve anillos de Phil Jackson, señalado unánimemente como claro perdedor en su enfrentamiento táctico con Larry Brown, le han salvado de las críticas.
Los más alarmistas señalan que la temporada que viene los Lakers podrían llegar a cambiar hasta nueve jugadores y su cuerpo técnico. Cuestionados por su futuro minutos después de perder el quinto partido, nadie quiso aventurarse. Phil Jackson fue el más explícito. "La posibilidad de volver la próxima temporada es pequeña". Bryant se mostró conciliador. "He aprendido muchas cosas de Phil y también de jugar con O'Neal. No me importaría estar siempre con ellos". Shaq soltó una de las suyas. "Va a ser un verano divertido". Malone lo dejó en manos de los médicos "Si no me aseguran que estaré al 100% en la pretemporada, lo dejo". Payton, el último de los Fab Four, como otras veces, no dijo nada y ya tiene pie y medio fuera del equipo.
En la medida que sea finalmente, el formato de star system elegido por los Lakers y coherente con la ciudad a la que representan tiene los días contados al menos en su actual versión. El grado de revolución dependerá de muchos factores, entre ellos el propio interés de los jugadores involucrados. Shaquille lo dijo muy claro: "Ahora todo el mundo va a mirar por sus intereses. Esto es sobre todo bussiness ". Lo dijo Shaq, punto redondo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de junio de 2004