La historia y las estadísticas están en contra de España, pese a que sus 32 enfrentamientos con Portugal se salden con tan sólo cuatro derrotas en contra, ninguna en partido oficial y la última hace 23 años. Los lusos confían en los antecedentes, que apuntan que el país anfitrión siempre tiene un papel relevante, llegando como mínimo a las semifinales, en el caso de la Eurocopas, e incluso levantando el trofeo, caso de la Francia de Platini en 1984.
El único referente al que se aferra España data de la anterior cita continental, cuando Bélgica, coorganizadora junto con Holanda, cayó antes de lo previsto. Lo hizo en la primera ronda, mientras que el equipo orange cumplía los pronóstico y era eliminado en semifinales por Italia, a posteriori la subcampeona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de junio de 2004