Desde el Parlamento Europeo podemos y debemos hacer un trabajo importante para Andalucía. Los andaluces necesitamos, ante todo, un crecimiento económico que acerque nuestra renta a la media de la Unión Europea y nuevas oportunidades de empleo, que nos hagan progresar hacia la desaparición del desempleo. Para conseguirlo hay que mantener, y en la medida de lo posible profundizar, las políticas que en los últimos ocho años han facilitado que Andalucía mejore su convergencia económica, en términos de renta per cápita, en más de seis puntos porcentuales así como la creación de 825.000 empleos.
Andalucía tiene una configuración económica cuyo tejido productivo está constituido fundamentalmente por pequeñas y medianas empresas. Además, la solución definitiva al bajo desarrollo comparado y elevado desempleo de la comunidad autónoma exige facilitar el nacimiento de empresas y la atracción de inversiones. A tales efectos es fundamental que la financiación del desarrollo económico, los bajos tipos de interés, sigan siendo una realidad palpable. La defensa del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, o lo que es lo mismo, el saneamiento de las finanzas públicas en la Unión Europea, constituye un requisito fundamental para este objetivo.
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Asimismo, unos Presupuestos equilibrados son básicos para reducir los impuestos, especialmente sobre el empleo y la pequeña y mediana empresa, criterio que debe dominar los procesos de armonización fiscal en la Unión Europea.
Por otro lado, sentar las mejores condiciones productivas, en el ámbito de la provisión de energía, el desarrollo de las comunicaciones, la mejora de los transportes y el perfeccionamiento de los servicios financieros, constituye la esencia del trabajo que el Parlamento Europeo debe acometer a la hora de completar el mercado interior europeo, siendo igualmente importantes las políticas de investigación, desarrollo e innovación tecnológica. Todo ello constituye el mejor método para promover unas condiciones competitivas que fortalezcan el tejido empresarial andaluz, cuyo desarrollo debe armonizarse con el cuidado al medio ambiente que exige una geografía con amplios valores culturales y turísticos.
Garantizar que Andalucía sigue recibiendo los fondos europeos que necesita para su desarrollo es otra de las tareas prioritarias que tenemos que acometer desde el Parlamento Europeo. El apoyo a la agricultura, la ganadería y la pesca, las inversiones en infraestructuras de transporte y comunicaciones y la apuesta creciente por la innovación tecnológica y la formación, son motivos sobrados para la recepción de unos recursos presupuestarios, que por lo demás Andalucía devuelve a Europa en forma de mayor crecimiento económico y creación de empleo.
Los anteriores constituyen ejemplos de áreas de actuación que deben impulsarse desde el Parlamento Europeo. El beneficio puede ser grande; y no sólo para Andalucía. A Europa le conviene una Andalucía desarrollada plenamente, un objetivo que puede conseguirse en un plazo no excesivamente largo de tiempo.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de junio de 2004