Afirma doña Carmen Caffarel, directora de RTVE, con respecto a la manipulación de la información en los medios de comunicación públicos, que "estos condicionamientos, si es que existen, están legitimados por las urnas", mientras que en los medios privados las influencias "suelen ser difusas, no reconocibles, una mezcla de intereses políticos y comerciales".
Es decir, que si no he entendido mal, la mentira congénita del poder encuentra en las democracias el instrumento de legitimación que le faltaba en las dictaduras. No sé si será el caso de la directora de RTVE, pero una vez más se demuestra que la democracia necesita ser defendida de sus más ardientes defensores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de junio de 2004