Con los calores estivales resurgen en diversos puntos de la Península, como atraídos por la fuerza solar, los festivales de jazz. Algunos brotan amparados en su veteranía, como el de San Sebastián; otros con la fuerza de su juventud, como los jovencísimos de Galapagar o Villalba, pero todos con idénticas premisas: buen jazz y las puertas siempre abiertas a otras músicas creativas cercanas en estética o espíritu.
Son el grupo portugués más internacional de la historia. Un auténtico fenómeno desde los tímidos comienzos en un barrio de Lisboa en 1987. Um amor infinito, su nuevo disco, quiere ser un agradecimiento a toda la gente que ha llenado sus conciertos en más de veinte países y un homenaje a la ciudad que les ha inspirado siempre.
La densa música de Massive Attack, la contundencia de Jeff Mills, el malabarismo musical de Kid Koala y la fuerza expresiva de Beans fueron algunos de los detalles de la última jornada nocturna del Sónar, que cerró sus puertas en la mañana de ayer con el sol ya sumado a la fiesta de la Fira 2.