El primer ministro iraquí designado, Ayad Alaui, aplaudió ayer el bombardeo de una casa de Faluya en el que murieron una veintena de personas y que los militares norteamericanos creían que albergaba a colaboradores de Abu Musab al Zarqaui. "Sabemos que una casa que había sido utilizada por terroristas ha sido atacada. Damos la bienvenida a este ataque a los terroristas y a cualquiera en Irak", dijo Alaui en conferencia de prensa.
Fuentes policiales de esa ciudad rebelde insistían en que los muertos eran mujeres y niños, no terroristas. Sin embargo, vecinos de la casa alcanzada por el misil manifestaron a este diario en conversación telefónica que tenían sospechas de que allí se reunía gente de Al Qaeda y que no hubo un segundo ataque, tal como han defendido algunos testigos. "Explotó el armamento y la munición que guardaban dentro", aseguraron tras reconocer que los ocupantes de la vivienda les habían causado miedo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de junio de 2004