El asesinato el martes en Tijuana de Francisco Ortiz Franco, subdirector del semanario Zeta, caracterizado por su línea editorial contra el narcotráfico y sus complicidades políticos, sublevó ayer a los periodistas mexicanos y activó la intervención de la Sociedad Interamericana de Prensa, que exige una investigación a fondo. En Tijuana, decenas de periodistas, algunos de ellos con protección durante 24 contra los sicarios, temen que la muerte a tiros de su compañero reabra la guerra contra la prensa.
Dos pistoleros enmascarados, a bordo de una furgoneta, acribillaron el martes a Ortiz, de 50 años, cuando circulaba en su coche por el centro de esta ciudad fronteriza con EE UU. Viajaba junto a sus dos hijos, de 10 y ocho años, que resultaron ilesos.
Otros de los fundadores de Zeta, Héctor Félix Miranda, fue asesinado, el 20 de abril de 1998, y un año antes, Jesús Blancornelas, actual director del semanario, sobrevivió a un atentado en el que murió su chofer. Blancornelas había escrito poco antes una columna en la que acusaba a David Barrón, presunto pistolero del cartel de los hermanos Arellano Félix, de matar a dos agentes federales de Tijuana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de junio de 2004