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Reportaje:

Rescatado del abandono el reloj solar de Puerta de Toledo

Fue encargado por Tierno Galván al diseñador Alberto Corazón

Una fiesta con bailarinas turcas, danzantes aztecas y dragones chinos marcó ayer ante cientos de niños -ya en vacaciones escolares- el arranque de la recuperación del gran reloj de sol de la plaza del Mercado de Puerta de Toledo.

El cuarteto de juanes formado por los actores Juan Diego, Juan Luis Galiardo, Juan Diego Botto y el dramaturgo Juan Margallo fue convocado para realzar el acto y celebrar el solsticio de verano, coincidente con su onomástica; provistos de batas y brochas, pintaron de blanco los oscurecidos paños del gran reloj solar, construido en 1988 y hasta ayer desfigurado bajo una capa de grafitos y pintadas que lo habían dejado irreconocible, tras años de desidia municipal.

Su diseñador, Alberto Corazón, lo describe así: "Se trata de un conjunto de hasta nueve relojes, siete de sol -uno vertical, otro horizontal, otro más ecuatorial-armillar y cuatro polares con ecuación de tiempo- y dos lunares, de lectura nocturna, útiles durante las fases de cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante, más otro horizontal, hoy prácticamente desaparecido". Su precisión -considerada exacta- fue conseguida tras laboriosos cálculos por el matemático Juan José Caurcel.

Los cronómetros se integran en un ingenio realizado en chapa revestida de un sucedáneo de cemento -que va a ser reemplazada por hormigón armado- con forma de valladar escalonado. Tiene unos cinco metros de altura por 12 de anchura y cuatro de fondo; se despliega simétricamente en torno a un arco armillar numerado, que recibe la sombra de una gran aguja triangular, gnomon, de nueve metros de longitud, en acero cortén oxidado; todo el bloque ocupa una superficie de 319 metros cuadrados y se halla en un jardincillo de muy fácil acceso a garabateadores. Pese a su valor, el gran cronómetro madrileño languidecía en deplorable estado, con muchos de sus elementos -agujas, inscripciones, signos zodiacales y guarismos- deteriorados o perdidos. Ahora, según las previsiones, en dos meses y con una inversión de 36.000 euros, la compañía Universal Mediterránea va a restaurarlo, con la aquiescencia del Ayuntamiento. De este modo, Madrid recobrará uno de los elementos singulares de su patrimonio.

El diseñador madrileño Alberto Corazón recibió del alcalde socialista Enrique Tierno Galván el encargo de construirlo. "La estatuaria tradicional, con generales y santos, se había agotado y tratamos de generar identidad ciudadana mediante arquetipos como el Sol, fuente de energía", cuenta Corazón. La recuperación del dañado reloj dibuja en él una sonrisa de satisfacción.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de junio de 2004