La BBC quiere obligar a sus periodistas a revelar la identidad de una fuente en los casos de informaciones delicadas que se basen en una sola fuente, y creará una escuela de periodismo para cerciorarse de que toda la plantilla de informativos tiene la formación adecuada. Ésas son las dos propuestas más llamativas presentadas por Ron Neil, un antiguo director de informativos de la corporación, para corregir los problemas puestos de manifiesto por el llamado caso Kelly.
El suicidio de David Kelly, un científico experto en Irak y en armas de destrucción masiva, convirtió en crisis política la batalla de acusaciones mutuas que enfrentó la primavera y el verano pasado a la BBC y al Gobierno laborista. La escaramuza, provocada por unas informaciones del periodista Andrew Gilligan en las que acusaba al Gobierno de haber exagerado de manera deliberada los peligros que suponía Sadam Husein, terminó con un humillante dictamen del juez lord Hutton a favor del Gobierno y en contra de la BBC. Tras la dimisión del presidente y del director general del ente, la corporación se sumió en un proceso de autocrítica del que han salido estas recomendaciones, respaldadas ayer por el nuevo director general, Mark Thompson.
La corporación invertirá "varios millones de libras" (una libra equivale a 1,5 euros) en mejorar tanto la formación de sus actuales periodistas como de los del futuro. El tomar notas de manera "precisa y fiable" será uno de los objetivos prioritarios y los ascensos en la redacción tendrán en cuenta no sólo la experiencia sino la formación de los periodistas.
El sindicato de periodistas dio la bienvenida al anuncio de creación de la escuela pero alertó sobre los peligros que encierra la propuesta de forzar a los periodistas a revelar la identidad de sus fuentes. Paul McLaughlin, representante del sindicato que negocia con la BBC la puesta en marcha de las recomendaciones del informe Neil, recordó ayer que los jueces británicos no tienen derecho a exigir a un periodista que revele la identidad de sus fuentes. "Tenemos que dejar absolutamente claro a la gente que informa a la BBC que sus nombres no serán revelados a la dirección sin su consentimiento previo", declaró. El jefe de informativos aclaró que ese extremo no será utilizado de manera automática y que, en cualquier caso, los superiores podrán negarse a difundir la noticia en cuestión o renunciar a esa exigencia si lo consideran adecuado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de junio de 2004