El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, admitió ayer en la Comisión de Exteriores del Senado que el próximo viaje de la princesa Ana de Inglaterra a Gibraltar, donde participará en los festejos por los 300 años transcurridos desde la conquista británica y la firma del Tratado de Utrecht, "lógicamente no ayuda" a la negociación entre España y el Reino Unido para solucionar el conflicto por la soberanía del Peñón. El viaje, que se inicia el lunes y durará dos días, constituye la primera visita de un miembro de la familia real británica a la colonia en 50 años.
"No es una noticia que consideremos positiva para mantener ese diálogo que deseamos relanzar con las autoridades británicas en relación con Gibraltar", respondió el ministro al senador Luis Eduardo Cortés, portavoz del PP. Las autoridades británicas ya habían anunciado en su momento esta visita al Gobierno español, y éste, según el ministro, ya expresó su desagrado, aunque sin resultados.
Por lo demás, el ministro ofreció pocas novedades en su comparecencia, donde algunos grupos, y especialmente el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, le exigieron que tome partido en la resolución del conflicto del Sáhara occidental y le recordaron que España no puede olvidar sus obligaciones con el pueblo saharaui. Entre otras cosas, recordó Anasagasti, por el contacto que la sociedad española tiene con esa lucha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de junio de 2004