La UE y Estados Unidos van a establecer mañana las bases de un nuevo entendimiento sobre la situación en Irak. La declaración conjunta aspira a superar el enfrentamiento político del pasado para mirar al futuro. "Se va a abrir una página en las relaciones bilaterales", adelanta una fuente de la Unión Europea. La de Irak será una de las siete declaraciones que Bruselas y Washington presentarán mañana y ha sido de las primeras en obtener el consenso. Todavía ayer se negociaban otras sobre política exterior, mucho más complicadas relativas a terrorismo internacional y Oriente Próximo.
La cumbre anual entre la UE y Estados Unidos se produce en esta vez en una atmósfera muy distinta a la del año pasado en Grecia, aún con las heridas abiertas por la intervención militar de Estados Unidos y de sus aliados en Irak. La situación ha cambiado tanto que algunos medios de la UE se atreven a decir que Washington acude con cierta humildad a la cita del sábado, que se produce en Ennis, un apartado lugar de Irlanda, convertido para la ocasión en una auténtica burbuja blindada.
Pese a lo delicado de la situación sobre el terreno, europeos y estadounidenses están decididos a mostrar un frente unido en Irak. Conscientes de que la situación de seguridad es extremadamente frágil y de que lo va a seguir siendo por tiempo indefinido, ambas partes quieren construir la relación de entendimiento a partir de la resolución 1.546 del Consejo de Seguridad, que establece el marco para la transición. El documento se presenta como una "declaración de apoyo al pueblo iraquí", en la que Washington y Bruselas se comprometen a apoyar el proceso político en marcha, alientan a la preparación de elecciones, condenan el terrorismo, apoyan a la fuerza multinacional (nuevo nombre oficial de las tropas de ocupación) y buscan la implicación de los países vecinos en el proceso. "La atmósfera ha cambiado desde la aprobación de la resolución de la ONU y con esta declaración se va a abrir una nueva página en las relaciones bilaterales", señala una fuente conocedora del proceso de negociación.
En el nuevo juego, Europa cree tener ascendiente gracias a sus buenas relaciones con los vecinos de Irak: con Turquía, que está a punto de emprender negociaciones de adhesión a la UE; con Siria, a la que Washington observa con recelo; a los especiales vínculos con Jordania y con un Irán, con el que Washington no mantiene relaciones.
La UE va a invitar, quizá en julio, al primer ministro iraquí a asistir a un Consejo de Asuntos Generales y la Comisión prepara una cita con el ministro de Planificación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de junio de 2004