Cuando de estudiante entregaba las notas a mi padre y me extrañaba por la ausencia de comentarios ante algún buen resultado, siempre me decía que era mi obligación por lo menos aprobar. El pasado martes 23 encuentro encartado en el periódico EL PAÍS un folleto de la Comunidad de Madrid en el que hace publicidad del Plan Integral de Reducción de Espera Quirúrgica.
Me indigna tener que encontrarme de buena mañana con un folleto de planes de futuro sanitario del Gobierno regional, que no es otra cosa que el autobombo de la señora Aguirre pagado por los madrileños. Como diría mi padre, es su obligación, por lo menos aprobar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de junio de 2004