Imanol Larzabal, una de las voces clave de la música moderna vasca, permanecía anoche en coma irreversible en un hospital alicantino, según confirmó su amigo el escritor Felipe Juaristi. El cantante, que abandonó Euskadi en 2000 tras ser amenazado por el entorno de ETA, ingresó el pasado miércoles en el hospital Vega Baja de Orihuela (Alicante) tras sufrir un derrame cerebral en su domicilio en Torrevieja.
Imanol estuvo en San Sebastián hasta el pasado día 15 recuperándose de una operación de próstata. Los médicos descubrieron que tenía apnea del sueño, según confirmó el cantante Urko, también amigo suyo. Durante la intervención tuvieron que realizarle una traqueotomía. Imanol ha dependido desde entonces de una máquina de respiración artificial. El pasado miércoles su compañera, Marian, le llamaba y no conseguía contactar con él. Subió a casa y se lo encontró en el suelo con el móvil en la mano.
Larzabal fue a finales de los sesenta y principios de los setenta una de las voces de la izquierda abertzale. Reivindicó en euskera la ideología independentista. En 1985, fue detenido durante unas horas después de que dos reclusos de la banda se fugasen de la prisión de Martutene en los altavoces que utilizó en un concierto. El asesinato de Dolores González Katarain, Yoyes, motivó su distanciamiento ideológico y artístico de este mundo y generó la polémica. Imanol, quien ahora cantaba también en castellano, empezó a sufrir boicoteos y amenazas y tras la muerte de su madre decidió abandonar Euskadi y abrirse a nuevos públicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de junio de 2004