El Ayuntamiento de Alcarràs (Segrià) ha solicitado la intervención de la Generalitat para impedir que la llegada masiva de inmigrantes para trabajar en la recogida de la fruta acabe originando un grave problema social. Cuando aún no ha empezado la campaña ya se han instalado en las afueras de la población más de 200 personas originarias del África subsahariana. La mayoría de estos inmigrantes no encontrarán trabajo porque están indocumentados, lo cual les condenará a vivir en condiciones inhumanas.
La historia se repite cada año en Alcarràs. Su alcalde, el convergente Gerard Serra, denunció el viernes ante la consejera de Interior, Montserrat Tura, que en la última semana han llegado al pueblo dos autocares, procedentes de Madrid y Algeciras, con 78 inmigrantes sin papepes, con el billete pagado por la Cruz Roja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de junio de 2004