Um Sandy estaba desesperada ayer. Después de 18 horas seguidas sin electricidad, los alimentos de su frigorífico empezaban a pudrirse. Para ella, como para el resto de los vecinos de Hay al Mutanabbi, en el centro de Bagdad, las noticias de la inauguración de la turbina número 3 de la estación eléctrica de Al Quds sonaban a música celestial.
"¿Dónde están todos esos megavatios que dicen que han añadido?", pregunta Um Sandy. "Desde que ha empezado el calor, los cortes son cada día más prolongados, y cuando tenemos electricidad, tiene tan poca fuerza que ni siquiera funciona el aire acondicionado". Bagdad supera desde hace un mes los 40 grados.
"Las quejas de los residentes de la capital son injustas porque durante el régimen de Sadam se beneficiaban del favoritismo en la distribución de energía a costa de otras provincias", explica a este diario Dallas Lawrence, un responsable de comunicación de la Coalición que actúa como portavoz del Ministerio de Electricidad. "El pasado octubre alcanzamos los niveles de suministro previos a la guerra y hace unos días logramos el récord de 4.900 MW, lo que supone un incremento del 10%", asegura.
A pesar de esas cifras, los iraquíes sólo tienen una media de ocho a doce horas diarias de electricidad. "Ha habido un aumento enorme de la demanda", señala Lawrence, que cita la creación de nuevas industrias y la compra masiva de electrodomésticos como responsables. No obstante, los 4.900 MW alcanzados el pasado día 20 aún quedan lejos de los 6.000 MW que la Coalición prometió para la transferencia de poder.
Al Quds es un proyecto del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE UU. El primer ministro iraquí, Ayad Alaui, y su titular de Electricidad, Aiham al Samarrai, presidieron ayer la ceremonia de finalización de las obras y en los próximos días la turbina empezará a producir 125 MW. "Cuando el proyecto esté concluido a finales de verano, incrementará la producción eléctrica de Irak en un 10%", explicó un portavoz militar al hacer entrega oficial de la turbina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de junio de 2004