Me quedo estupefacta leyendo el 24 de junio la noticia publicada en EL PAÍS-Madrid: Ruiz-Gallardón estaba dispuesto a cargarse el acueducto de Amaniel de 1857 y que goza de protección urbanística. Pues eso, que me quedo sin habla. Supongo que lo mismo que está haciendo en la plaza de Dalí. Este señor se pone por montera los deseos del vecindario y otras cosas.
Gracias, Inés Sabanés, gracias y siga usted atenta a los previsibles desmanes, porque con este equipo del Ayuntamiento y el de la Comunidad no va a quedar en Madrid nada que merezca la pena.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de junio de 2004