Las estadísticas dicen que cada año mueren 60 personas en Nueva York por los incendios que causan los cigarrillos mal apagados. Las muertes ascienden a casi un millar en todo el país, sin contar con los 2.500 heridos por las quemaduras. Para "salvar vidas", dicen los gobernantes del Estado, las tabacaleras están obligadas desde el lunes a vender en el estado de Nueva York cigarrillos fabricados con un papel especial que hace que se apaguen solos cuando no se fuman. Es el nuevo papel de fumar antiincendios.
Si no se cumplen las nuevas reglas, los vendedores de tabaco podrán ser sancionados con multas que pueden alcanzar los 1.000 dólares, en función de los cigarrillos vendidos. Los estancos tendrán además prohibido poner a la venta las antiguas cajetillas que tengan en el almacén. Por su parte, las tabacaleras deben incorporar en los paquetes un símbolo que reconforte al consumidor al saber que lo que fuma es fire-safe, es decir, seguro contra el fuego.
La rompedora ley de cigarrillos "antiincendio" es la primera de este tipo adoptada en EE UU y ha tardado cuatro años en entrar en vigor. Ahora se espera que otros sigan la tendencia abierta por el gobernador republicano George Pataki en Nueva York. Once ya han dicho que van a adoptar legislaciones similares, pero las tabacaleras piden que se establezca una legislación uniforme para todo el país.
Philip Morris empezó a distribuir los nuevos cigarrillos el pasado 14 de junio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de junio de 2004