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COLUMNA

Calma

Endesa pide calma los sevillanos. Calma, hace calor, no hay electricidad, no funciona el ventilador o el aire acondicionado si lo tienen, pero no se preocupen que tampoco funciona el frigorífico y podrán tomar agua calentita según sale del grifo con los depósitos a pleno sol, no pasa nada, pueden ustedes coger el coche y meterse en un atasco porque los semáforos no funcionan. Si no les gusta, salgan del atasco, dejen el coche y acérquense a una heladería a tomar un derretido, ex helado, que al fin y al cabo está dulcecito y con sabor a canela. No formen corros, no se pongan nerviosos, calma. Tomen el abanico, acuérdense de cuando era lo único que había, hagan proclamación de fe ecologista, decidan aportar su granito de arena al desarrollo sostenible y los mandados de Kioto y verán qué bien les sienta estar a 40º sin piedad.

Endesa, que por más que se diga Sevillana por delante, dejó de serlo y es sencillamente Endesa, no se ha gastado un duro. Mientras escribo, miércoles por la tarde, se empiezan a repetir los cortes, ahora ya va a haber que echar mano del Ejército para que pongan a disposición de la población sus grupos electrógenos. Endesa pide calma y ya empieza a desbarrar definitivamente cuando dice que lo que ocurre es consecuencia de las malas infraestructuras que heredaron de Sevillana, cosa que ocurrió hace ocho años. Calma.

La Junta de Andalucía ha abierto en lo que va de año 13 expedientes a Endesa, el último con motivo del gran apagón de los ¿últimos? tres días, debe salirle muy barato a quien acumula expedientes de esa manera, insistir en su política de ahorro en inversiones. Bajo un sol de justicia, con los 40º a la sombra que nos suele regalar cada año el mes de julio, en Sevilla llevamos sin luz ¿tres? días. No es que este desastre sea el más desastroso de todos los desastres, no es que sólo aquí ocurran cosas así, tan no es así, que Endesa recibió también expedientes y multas en su propia Cataluña por cortes iguales y aún mayores a los sufridos estos días en Sevilla. El martes, Sevillana, que es más Endesa que Sevillana, anunciaba en medio de la crisis un plan de emergencia de inversiones, con ese anuncio la propia Endesa acababa haciendo confesión de su imprevisión inversora. La indignación aumentaba la sensación de calor. Calma.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de julio de 2004