Toda la investigación sobre células madre, hasta los menores detalles, tiene que pasar necesariamente en España, según la legislación vigente, por el Centro Nacional de Trasplantes y Medicina Regenerativa, constituido por el Gobierno del PP el año pasado a raíz de la modificación de la Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida. Este centro, que sustituye a la Organización Nacional de Trasplantes, y dirige Rafael Matesanz, está encargado de "coordinar, gestionar y fomentar la política de trasplantes y medicina regenerativa", según el real decreto de 30 de enero pasado por el que se aprueba su estatuto.
Corresponde a este centro, según el texto legal, incluso "la asignación de los preembriones cuyas estructuras vayan a ser utilizadas en cada uno de los proyectos de investigación autorizados". En general, "velará para que la investigación en el ámbito de la terapia celular y la medicina regenerativa se desarrolle dentro del marco legal existente" y en particular debe desarrollar y gestionar un registro de centros y equipos autorizados para investigar con células y tejidos de origen humano.
Todo proyecto de investigación con células madre y tejidos de origen humano debe ser registrado y autorizado por una comisión del centro, denominada de seguimiento y control de la donación y utilización de células y tejidos humanos, que es además el órgano científico permanente de consulta del Ministerio de Sanidad y Consumo sobre estas cuestiones. Esta comisión no ha empezado a funcionar todavía a la espera de un decreto que establecerá los procedimientos de donación de los embriones por parte de los progenitores y de información de los proyectos de investigación que se le presenten. Este decreto, señaló ayer Fernando Lamata, secretario general del ministerio, ha sido ya presentado a la Comisión Nacional de Reproducción Asistida y está en trámite de audiencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de julio de 2004