El fuego como elemento de culto, preciado desde su obtención hasta su control, como fuente de energía y poder destructor sirvió, en la noche del sábado, para iniciar la última jornada de las fiestas de Sant Pere de El Grao de Castellón, que ayer concluyeron definitivamente, en su edición de 2004. Más de medio centenar de dimonis participaron en la IV Trobada de dimonis per Sant Joan i Sant Pere que, en esta ocasión, contaron con una invitada de excepción: La Víbria de Botafocs, un dragón hembra que se estrenaba como participante en un pasacalle. Hasta su salida nocturna por las principales calles de El Grao, Víbria ha estado expuesta en la sala de la Fundación Dávalos Fletcher, donde ha podido ser contemplada junto a otras bestias de fuego.
Pólvora, humo, color, música y ritmo fueron los ingredientes del correfoc con el que se pretende, además de la búsqueda de la diversión, la representación de la dualidad que genera el fuego y el sol.
Cientos de personas, entre los que niños, adolescentes y jóvenes acapararon el papel principal, se dieron cita en el distrito marítimo de la capital de La Plana para gozar de la magia de la pirotecnia y la percusión que acompaña a los dimonis. Entre ellos, también destacó la participación de los más pequeños, que también representaron pequeñas bestias de fuego.
El grupo Botafocs, del propio Grao, representó el papel protagonista, acompañados de otros diablos del Baix Maestrat. Las fiestas de San Pedro de El Grao finalizaron ayer con una concentración de peñas y collas en el desfile final de fiestas que precedió a tradicional grito Vixca Sant Pere desde la tenencia de alcaldía. Una vez más, el fuego y el ruido, en forma de una mascletà multicolor fue el último acto de las fiestas del marinero distrito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de julio de 2004