El polémico vertedero de Tivissa (Ribera d'Ebre) entrará en servicio cuando haya "consenso con el territorio", no recibirá residuos que no sean de la Ribera d'Ebre, Terra Alta y Priorat y será un ejemplo de "la nueva cultura de la gestión de residuos". Así lo dijo ayer el titular del Departamento de Medio Ambiente, Salvador Milà, y garantizó una profunda revisión de un proyecto autorizado por CiU en el año 2002. Entre otros aspectos, Medio Ambiente prevé que el Gobierno adquiera un mínimo del 51% de las instalaciones de Tivissa para que el complejo tenga gestión pública.
Milà aseguró que desde que el Ejecutivo tripartito asumió el poder se han aplicado modificaciones sobre el viejo proyecto como para garantizar que no habrá filtraciones al subsuelo, que era el principal temor de los opositores puesto que el polémico vertedero está situado justo encima del principal acuífero de la zona, que abastece a unas 11.000 personas.
En la actualidad, las tres comarcas llevan sus basuras a un vertedero, también ubicado en Tivissa, que está a punto de llenarse y cuyo periodo de servicio finaliza el 31 de julio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de julio de 2004