Aznar irrumpe en la vida política un día antes de que empiecen los trabajos de la comisión de investigación sobre el 11-M. ¿Será casualidad? Vincula la victoria socialista del 14-M con los sucesos del 11-M, cuando todo apunta a que la derrota tuvo más bien que ver con la forma de afrontar los atentados terroristas.
Considera un error reformar la Constitución en un país en el que existe el secesionismo y el terrorismo separatista, cuando miembros de su partido lo están reclamando desde algunas comunidades, y cuando Rajoy ya había aceptado su disposición a dialogar con el PSOE estos cambios. Declara lamentable la situación de España con la nueva Constitución europea, cuando lo pactado por José Luis Rodríguez Zapatero en la UE es similar en algunos casos, y mejor en otros, si tomamos como referencia lo que el propio Aznar dejó por escrito en el traspaso de poderes.
Así ha sido siempre Aznar. Genio y figura hasta la sepultura. Sus declaraciones han estado dominadas por la crispación y la falsedad. Pero no se da cuenta de que ahora no es él el responsable del partido y de que perjudica en gran manera a su sucesor, por mucho que lo apoye Acebes. ¡Cómo sea ésta la línea de trabajo y de estudio de la FAES, arreglado va el Partido Popular! Una vez más hay que dejar constancia de que el PP necesita, más que comer, desligarse de los postulados de Aznar, y que el trio Rajoy, Acebes, Zaplana no es el más indicado para hacerlo. ¡Pero... allá ellos!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de julio de 2004