Por supuesto, a mí, como al señor Damián Barranco, (EL PAÍS, 5 de julio) y seguro que a muchos otros, me gustaría que se siguiera celebrando el maratón por las calles de Barcelona. Pero estoy seguro de que muchos barceloneses respirarían aliviados por no tener que soportar el caos de tráfico que se organiza ese domingo de marzo. Y entiendo que el Ayuntamiento tiene que valorarlo.
Otra de las posibles causas de su desaparición sería el poco interés que despierta a nivel de participación activa. Me parece que la mayor afición al deporte de nuestro país se limita a verlo en televisión.
Estoy seguro de que si nuestro maratón atrajera a más gente, el evento se habría incluido en los actos del Fórum.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de julio de 2004