Cerca de la noche de Sant Joan aparecieron en un campo de trigo de la masía de Can Torra, en el término municipal de Castellfollit del Boix (Bages), los rastros armónicamente segados en circunferencias como muestra la imagen. Nadie vio quién lo hizo. La curiosidad desde entonces ha ido en aumento y las visitas se multiplican. La observación científica no encuentra más que una gran destreza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de julio de 2004