Marie L., la mujer de 23 años que denunció una agresión antisemita el viernes en París, confesó ayer haberlo inventado todo tras una detención policial de varias horas. Nada se sabe sobre los motivos de esa actitud, que provoca una situación embarazosa para la clase política y para el presidente de Francia, Jacques Chirac, que avaló desde el primer momento tal versión, publicando una enérgica condena y la exigencia de que los autores fueran detenidos de inmediato.
La generosidad con que se movilizó todo el arco político dice mucho a favor de la voluntad política de Francia de no permitir el avance del antisemitismo. No obstante, grupos de defensa de derechos humanos señalaron anoche la "irresponsabilidad" de organizaciones que enarbolan la bandera del antisemitismo, una de las cuales, la LICRA, no dudó en señalar a "los nazis de los suburbios", contribuyendo a la estigmatización de los musulmanes.
La policía sospechó de la versión de la denunciante a medida que transcurrían las horas sin que se presentara ningún testigo de la agresión denunciada, que ella situaba en un concurrido tren de la periferia de París. Tampoco las cámaras de la estación grabaron nada. Por eso la policía decidió su detención, ayer por la tarde, y en el interrogatorio confesó la mentira.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de julio de 2004