Leo con perplejidad la carta que la concejala del PSOE en Fuengirola, Paloma Alonso Sahagún, publicó el 14 de julio, criticando con una rabia que sólo puede ser fruto de la envidia, que el Ayuntamiento haya regalado 500 entradas a fuengiroleños para que puedan presenciar de forma gratuita el musical Peter Pan. Insiste la edil en que esas personas son "pobres" del municipio y se rasga las vestiduras ante este hecho. Yo, sin embargo, me siento tranquila, satisfecha y convencida.
Quizá debería haberse informado mejor la concejala socialista y sabría que a los que ella llama ciudadanos "pobres" son alumnos de las Escuelas de Verano, mayores de Fuengirola, mujeres maltratadas, miembros del grupo de teatro de mayores, etc. Debería saber que el Ayuntamiento no se dedica a pedir la declaración de la renta de las personas a las que invita al teatro para hacer listas de pobres y de ricos. Ese trabajo de elaboración de listas negras corresponderá al ministro Solbes, que parece piensa establecer a priori dos clases de ciudadanos: los que van a defraudar a Hacienda y los que no lo harán.
Los socialistas trasnochados como esta concejala ven "pobres", donde el PP ve personas, fuengiroleños, que pueden disfrutar de una obra de teatro musical de categoría, que ha cosechado los mayores éxitos a nivel nacional e internacional. Quizá al PSOE también le parece mal que Fuengirola acoja un festival de teatro musical único en España, que se invierta en Cultura y que se acerque a todos los ciudadanos sin distinción.
Resulta difícil comprender que el PSOE todavía se dedique a insistir y fomentar dialécticamente la lucha de clases, que persista en el enfrentamiento entre las personas según sus supuestos ingresos y que utilizando la sensibilidad de los más desfavorecidos sólo pretendan sacar tajada electoral. Ello es aún más inaceptable si recordamos todos los casos de corrupción durante el Gobierno socialista anterior en los que siempre se pretendía el "pelotazo" y el enriquecimiento ilícito.
Si volvemos a Fuengirola, el PSOE no gobierna desde hace más de trece años y como nada es por azar, eso sucede porque no dejaron buenos recuerdos. Concretamente en la materia que nos ocupa el vacío de ideas y de actuaciones fue total. Nada se hizo por la tercera edad, ni por las mujeres, ni por los jóvenes, ni por ningún colectivo con dificultades. Eso sí, el municipio soportaba un paro superior al 30%. Ahora con nuestras políticas nos situamos en el paro cero. Sólo este dato aporta mucha claridad a lo que PSOE y PP entendemos por solidaridad. También indica que mientras unos aumentan la pobreza otros la combatimos.
La concejala socialista en cuestión como mejor está es callada. No lo digo porque sí, sino porque las dos únicas veces que ha hablado en el Pleno del Ayuntamiento, se cubrió de gloria. En la primera ocasión se manifestó en contra de una campaña institucional, llevada a cabo en toda la provincia, en relación a la Mujer Trabajadora. La segunda, para proponer que desapareciera el servicio municipal gratuito de orientación sexual y ginecología. Si seguimos indagando en sus opiniones y comportamiento, empeoraremos mucho las cosas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de julio de 2004