María Angeles Sobrino, vigilante de sala de la pinacoteca nacional durante 15 años, se ha doctorado en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid con una tesis sobre pintura madrileña de 1788 a 1868, calificada con sobresaliente 'cum laude'.
María Angeles vinculó su trabajo de vigilante con sus estudios de doctorado, "gracias al esfuerzo y la comprensión de mi pareja", afirma, al tiempo que se muestra, en una entrevista con Efe, satisfecha de ver realizado su "sueño" con el "éxito excepcional e inesperado" que ha supuesto para ella alcanzar la máxima puntuación en su tesis.
Sobrino, que se siente orgullosa de trabajar en el Prado, "laboratorio para conocer de lo bueno lo mejor", como ella lo define, considera que su amor al arte le viene del contacto con el museo durante los 30 años que vivió, junto a su padre, en los pabellones de los conserjes anexos a la pinacoteca y también del ambiente familiar, pues "mi padre era un gran admirador del Arte y la Historia".
Licenciada en Historia del Arte, llegó al Prado en 1987 y su primer destino fue el Casón del Buen Retiro, donde entró en contacto por primera vez con la pintura del siglo XIX, objeto de su tesis doctoral "Vistas y ambiente de Madrid en la pintura de 1788 a 1868".
Sobrino eligió esta parcela del arte porque era "un siglo denostado y el menos estudiado por los investigadores, pero, sobre todo, porque el tema del paisaje y el costumbrismo, que se desarrolla principalmente en este siglo", era el aspecto que más le interesaba, explicó.
Sin embargo, la recién doctorada, para quien el mejor pintor de todos los tiempos es Velázquez, y la obra más importantes de la Historia Universal del Arte, el cuadro de "Las Meninas", considera que siempre hay que estudiar a los grandes maestros, ya que "constantemente están apareciendo novedades respecto a ellos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de julio de 2004