Hace bastante tiempo que el Estado gasta cantidad de dinero en campañas publicitarias de cara a concienciarnos a los conductores sobre educación vial y yo lo que observo es que no sirve prácticamente para nada, cada año se produce una cantidad de víctimas mortales superior a los fallecidos en las Torres Gemelas de Nueva York y nos quedamos como si con nosotros no fuera o como si nunca nos fuera a tocar.
Pienso que sería más rentable, y a las pruebas me remito, gastar más en prevenir con más presencia policial, con la utilización de más radares, con el incremento de las penas (cárcel, retirada de carné, etcétera) a los infractores peligrosos y sobre todo a los que ocasionan muertes y se fugan. En este país, morir por accidente de circulación es barato (véanse casos Farruquito o hermanos Ochoa, por ejemplo) y, por último, que el precio de la multa sea en proporción a los ingresos del infractor.
Yo veo los sábados y domingos en la A-4 (desde Carmona a Sevilla) quiénes son los que más corren y son fundamentalmente aquellos coches o marcas que por la cantidad de CV pueden hacerlo y sobre todo cuando son gente de otros lugares que realizan desplazamientos de fines de semana y van a toda pastilla. Las marcas que corren las saben las autoridades porque alguien que se compra un Audi, un BMW u otros de la misma índole lo hace para correr a más de lo permitido y por supuesto superan los 160 km/h.
Y si nos vamos a las zonas urbanas como Sevilla se puede afirmar que más del 50% de los conductores no se ponen el cinturón y cuando hay clases, se puede observar que llevan a sus hijos junto al conductor y en muchos casos sin cinturón. ¿Para qué tanta publicidad?
Hay gente que bebe y conduce permanentemente, en algunos casos reincidentes. A esos conductores irresponsables se les tienen que aplicar condenas más severas, pues no sólo están jugando con su vida, sino con la de los demás, pueden ser homicidas y como tales hay que tratarlos.
En definitiva, que una vez que se ha hecho de todo para concienciar a la población sobre educación vial y se ve que prácticamente no conduce a nada, es necesario para el bien de los que queremos ir seguros que desaparezcan de la circulación los golfos, que se tomen medidas legislativas más duras y por supuesto que la Policía y la Guardia Civil, con los medios necesarios, actúen y harán un gran servicio al país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de julio de 2004