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OPINIÓN DEL LECTOR

La belleza que queda

Hace cinco veranos mi amigo Paco Valero decía de Cabo de Gata: "Aún quedan lugares como éste en la península, lugares que es urgente preservar, con políticas de turismo sostenible que aseguren la salvaguarda de los valores naturales que atesoran, al mismo tiempo que faciliten el progreso de la gente que los habita. Porque lo que no puede pedirse a las personas que han vivido en la pobreza o en la falta de oportunidades es que continúen igual o emigren. Tienen derecho a ver sus expectativas de vida mejoradas. Pero convertir la costa en un centro comercial sin fin no es el único camino, por mucho que lo voceen los gilis del mundo. De hecho, lo que se echa en falta en este país son servicios de calidad en entornos de naturaleza preservada. Lugares donde poder gozar de un contacto íntimo con la naturaleza, pero que a la vez estén bien comunicados y tengan los suficientes servicios para atraer un turismo familiar y ecológico. Lugares que se ordenen a partir de la jerarquía que impone la preservación y el cuidado de la naturaleza y no del ordeno y mando de los intereses más inconfesables, aunque se vistan de 'oportunidades de empleo', 'riqueza para todos' y demás mensajes embaucadores". Paco hablaba así desde la revista Integral y hoy tomo prestadas sus palabras para que reflexionemos todos y logremos que nuestros hijos puedan disfrutar de la belleza de la costa sin corazas de cemento.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de julio de 2004