Boeing recibió ayer el permiso de la justicia para cerrar un caso de discriminación sexual que tiene abierto desde hace cuatro años y que cubre a casi 30.000 empleadas. El gigante aeronáutico pagará hasta 72,5 millones de dólares (58,1 millones de euros) para dar carpetazo al expediente, a la vez que se comprometió a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la igualdad de trato entre sus empleados.
Boeing empezó a negociar los términos del acuerdo en mayo. La cuantía que deberá desembolsar para zanjar el expediente dependerá del número de mujeres que se sumen a la denuncia, que podría rondar entre un mínimo de 40,6 millones de dólares y un máximo de 72,5 millones. La denuncia originaria de este nuevo caso de discriminación sexual en las grandes corporaciones estadounidenses data de febrero de 2000, cuando una de las empleadas acusó a la compañía haber recibido un trato diferente por su condición de mujer, en términos de sueldo y promociones.
La compañía reconoce que hasta 29.000 empleadas estarían cubiertas por esa denuncia. En 2001, la justicia consideró que este caso de discriminación debía limitarse a las empleadas de Boeing en el área metropolitana de Seattle, donde están situadas sus plantas para el ensamblaje de aviones, y que no cubría a las empleadas a escala nacional. Y como límite ponía a las mujeres "presentes" en la compañía en 1997.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de julio de 2004