Unas treinta familias residentes en dos inmuebles lindantes con la subestación eléctrica que resultó destruida por un incendio ocurrido el pasado jueves, tendrán que vivir al menos dos meses fuera de sus domicilios. Deberán hacerlo en pisos alquilados y sufragados por Unión Fenosa. Durante este tiempo, ambos bloques serán reparados por el Ayuntamiento, aunque éste finalmente pasará el coste de las obras a la compañía eléctrica. Por otro lado, la energía quedó restablecida por completo en la zona próxima a la glorieta de Atocha en torno a las 19.30, unas 29 horas después de ocurrido el siniestro.
El edificio de Unión Fenosa será demolido a partir del próximo lunes, en una operación que se prolongará a lo largo de toda la semana. En la tarde de ayer comenzaron a realizarse los trabajos de medianía para desvincular la subestación de los bloques colindantes, situados en las calles del Cenicero, número 6, y de Almadén, 26. Los operarios también empezaron a retirar la cúpula de la subestación destruida, que amenazaba con desplomarse.
El fluido eléctrico está asegurado en esta céntrica zona de la capital gracias a tres subestaciones móviles, con sus correspondientes transformadores de tensión, que han sido instaladas en la Puerta Real del Jardín Botánico, en el paseo del Prado. Este dispositivo garantizará un suministro alternativo al que aportaba la central incendiada el jueves en la calle de Almadén.
El Ayuntamiento y Unión Fenosa buscan ahora un solar cercano para construir una nueva subestación en sustitución de la que ha quedado destruida.
Ayer, muchos vecinos se sentían desatendidos por Unión Fenosa, y se quejaban de las pérdidas que les ha ocasionado el apagón subsiguiente al incendio. Sobre todo los propietarios de los establecimientos hosteleros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 17 de julio de 2004