El alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, del PP, ha cedido a la presión popular y ha convocado a los vecinos de La Sangueta - en la entrada norte a la ciudad- para explicarles su proyecto de construir un palacio de congresos en la barriada. Alperi se reunirá esta tarde con los afectados. El encuentro se producirá tres meses después de anunciar este lugar como emplazamiento para el palacio, tras el veto del Tribunal Superior de Justicia a su primitiva idea de ubicarlo en el monte Benacantil.
La oposición de los vecinos a la iniciativa del primer edil ha sido radical desde el principio y, especialmente, a raíz de que Alperi desveló que su propuesta incluía el derribo de los tres inmuebles del barrio -en total 90 casas y unos 225 residentes- construidos hace 35 años. Los residentes consideran innecesario el derribo las casas, porque en la zona hay medio millón de metros cuadrados de suelo público, suficiente para albergar la dotación.
Los propietarios han echado en cara al alcalde la falta de diálogo y desinformación oficial acerca del proyecto. "Nos tenemos que enterar de todos los detalles [del proyecto] por la prensa", se ha lamentado reiteradamente Alberto López, presidente de la Asociación de Vecinos.
Inicialmente, Alperi hizo oídos sordos a las protestas del vecindario, pero con el paso de las semanas y en paralelo al aumento de la división interna del PP, motivada por la pugna entre zaplanistas y campistas, el alcalde ha ido dulcificado su actitud y finalmente ha tendido la mano a los vecinos con la reunión de esta tarde. El alcalde, ante la duda de no contar ni tan siquiera con el respaldo unánime de su grupo al proyecto, intenta ahora, al menos, granjearse el apoyo de los vecinos. "Los vecinos serán los primeros en ser informados del proyecto, y una vez que den su visto bueno, el resto de colectivos", dice ahora Alperi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de julio de 2004