España demuestra falta de eficiencia en la utilización de energía y de recursos naturales para producir bienes y servicios. Es la principal conclusión de un grupo de expertos económicos reunidos la semana pasada en los cursos de verano de El Escorial. De 1980 a 2000, España incrementó un 55% la utilización de toneladas de energía y recursos naturales por habitante, muy lejos de Francia, que lo hizo un 5%, o Alemania, que la mantuvo al mismo nivel. El incremento medio de los países europeos para producir el mismo volumen de productos se situó en el 8%.
El seminario Las cuentas secuestradas: costes sociales y ecológicos del modelo económico actual, de la Universidad Complutense de Madrid, se ha centrado en explorar el porqué "de la falta de rigor y correspondencia" con la realidad de la contabilidad nacional y el porqué "del ocultamiento de otras cuentas que también existen y de las que nunca habla nadie". "España devora energía y materiales a tasas mucho mayores que otros países europeos al producir bienes y servicios, pero el impacto que genera no aparece en las cuentas nacionales", señaló el sociólogo José Vidal Beneyto, director del curso, junto con el economista José Manuel Naredo.
Cada español usa 37 toneladas de energía y materiales, aunque "este impacto no aparece en las cuentas nacionales", según Óscar Carpintero, profesor de Economía de la Universidad de Valladolid. Naredo disertó sobre las cuentas del agua y mostró el impacto ambiental del trasvase del Ebro, "del que nadie ha calibrado el coste energético que supondría".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de julio de 2004